La ausencia de papila interdental suele ser uno de los factores importantes en los casos de rehabilitación oral, tanto para el paciente que refiere ver en su sonrisa "unos triángulos negros", así como para el profesional, sobre todo en el área de incisivos superiores.
Hay tres puntos fundamentales a la hora de plantearnos el tema de la papila y cómo no perderla que hay que tener en cuenta: la cresta ósea interproximal, la punta de la papila y el punto o área de contacto.; de la correcta relación entre estos tres elementos dependerá nuestro éxito o fracaso.
Un espacio vacío por debajo del punto de contacto va a producir, además de problemas estéticos, dificultad en la fonación y empaquetamiento de alimentos. Para la regeneración de la papila hay un axioma a respetar, si hay hueso, hay papila; sin hueso por más técnicas de regeneración que hagamos, no habrá una papila correcta ni estable en el tiempo.
Otros factores que determinan la presencia de papila son: edad, angulación de las raíces de los dientes adyacentes, forma de la corona de las piezas dentales, morfología de las troneras y altura de la linea amelocementaria.
Otra característica a tener en cuenta es el biotipo periodontal del paciente a tratar, los que tienen biotipo fino tienen más posibilidades de pérdida de papila que los de biotipo grueso. También se sabe, por experiencia, que a más edad menos papila, si bien no hay ningún estudio determinante al respecto, se debe tener en cuenta.
Si que hay suficientes estudios que han concluído en que si aumenta la distancia entre la cresta ósea y el punto de contacto la papila tiende a perderse, y este hecho irrefutable es importante a la hora de hacer la planificación de las troneras de un puentes fijo o rehabilitación anterior.
A la hora de la preparación de las piezas dentales, se puede decir que puede haber una mayor probabilidad de pérdida de papila si usamos la técnica convencional con hombro subgingival que si usamos la técnica BOPT. Cosa lógica porque en esta última técnica mencionada el hecho de trabajar con pilares troncocónicos sin hombro,simplifica y mejora el grado de adaptación marginal de la corona protésica. Además, el perfil de emergencia BOPT ayuda a conseguir que las fibras colágenas del ancho biológico periimplantario se mantengan estables y gruesas. Este concepto es tan importante que se ha trasladado su uso a la implantologia.
No hay estudios concluyentes sobre la forma de las troneras, se debe aplicar los conocimientos sobre anatomia de la papila interdental, que tiene forma piramidal, las carácterísticas fisiológicas del paciente a nivel del aparato estomatognático: no es lo mismo rehabilitar un bruxómano, que un paciente sin parafunción, o un desdentado intercalar. De la experiencia surge el hecho que se debe aplicar sobre todo "sentido común", las famosas troneras higiénicas de hace años atrás, hoy son un impedimento estético y favorecen el empaquetamiento de restos de comida, aunque luego el paciente se pueda limpiar con un cepillo interdental, son una causa de incomodidad.
Actualmente ante una falta de paila al tener que rehabilitar un paciente periodontal, se compensará con la forma cervical y el área de contacto que demos a nuestra rehabilitación fija. En pacientes que han perdido parte de la papila, se están obteniendo resultados muy buenos estimulando el crecimiento de la misma mediante la inyección periódica de ácido hialurónico, sabiendo que una vez obtenida la papila deseada se deberá reinyectar cada seis meses para su mantenimiento. En casos menores podemos corregir el problema mediante carillas, ya de porcelana o ya de composite. No he tocado el tema de injertos ya que el paciente no suele aceptar si se le explica lo que le vamos a hacer o el resultado es decepcionante si no hay hueso remanente suficiente.
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