Si tiene pequeños problemas estéticos en su boca, pero sueña con una sonrisa propia de un actor/iz de cine, las carillas estéticas pueden ayudarle. Este tratamiento indoloro se realiza en clínicas dentales y consiste en pegar, mediante unas potentes sustancias adhesivas, unas pequeñas láminas de un grosor de entre 0,3 y 1,5 milímetros, sobre la superficie de la cara externa del diente, que camufla la pieza dental real, proporcionando un aspecto más estético a la sonrisa.
Las carillas dentales se han hecho muy populares dentro de la odontología porque son un tratamiento principalmente estético que ofrece la posibilidad de diseñar una dentadura totalmente diferente, pero con un aspecto muy natural. Otra de las ventajas de este tipo de tratamiento, es la mejora en la resistencia de los dientes, pues protege su superficie de daños, y tiene una dureza similar al esmalte del diente natural.
Las carillas estéticas cubren el diente real, pero no solucionan el problema, sino que lo camuflan. Al tratarse de una lámina que se coloca en la parte exterior del diente, solo se pueden utilizar en algunos casos en los que las afecciones estéticas no son muy complicadas. Los casos en los que se suelen utilizar las carillas dentales son:
-Cuando se tienen algunos dientes separados, lo que se conoce como diastema; las carillas estéticas pueden cubrir ese espacio.
-Las pequeñas fracturas también se pueden solapar con este tipo de tratamiento, dándole al diente un aspecto muy natural.
-En algunas ocasiones no todos los dientes son del mismo tamaño, por lo que para solucionarlo se pueden colocar las carillas sobre los más pequeños, igualando así toda la dentadura.
-También existen personas cuyos dientes son demasiado cortos, por lo que al sonreír se les ve mucho más la encía que la dentadura. Este problema también quedaría resuelto con las carillas estéticas.
-Con los años, y la ingesta de refrescos, té, café, medicamentos, o el consumo de tabaco, el esmalte de los dientes puede desgastarse y mostrar un aspecto sucio y decolorado, algo que se puede corregir con las carillas.
El uso más común de este tratamiento es para conseguir una sonrisa blanca evitando al paciente la sensibilidad que se puede producir si se somete a un blanqueamiento dental, y ser una solución definitiva.
La colocación de las carillas estéticas suele ser bastante rápida; se realiza en aproximadamente dos sesiones en el caso de las que están hechas de COMPOSITE, y en tres sesiones las de porcelana, ya que éstas deben elaborarse en un laboratorio externo a la clínica. En la primera visita el profesional valorará la dentadura en base a lo que el paciente desea conseguir y, en consecuencia, se obtendrá como resultado el tratamiento más adecuado, y se informará al paciente de su coste y sus características.
En la segunda visita, si se ha optado por la opción de las carillas de composite, se comenzará con la colocación de las mismas. Primero se limará ligeramente el diente, adaptándolo para que el material se adhiera correctamente. Una vez el dentista haya dado forma al diente con la pasta de composite, se endurecerá mediante luz ultravioleta, dotándole de una gran dureza. Para terminar el proceso se vuelve a limar la superficie para que quede totalmente lisa.
En el caso que las carillas elegidas sean las de PORCELANA, en la segunda visita se procederá a tallar ligeramente los dientes para dotarlos de una simetría, y después se tomarán las medidas mediante moldes y fotografías para poder realizar las carillas de manera personalizada. Toda la información recogida se envía al laboratorio externo para que se comiencen a fabricar las piezas
Siempre la desición de colocar carillas en un caso le compete al profesional que después de un detallado estudio mediante modelos de escayola y el uso de un sofisticado programa informático aconsejará al paciente sobre la realización, o no, de dicho tratamiento estético.
Si quiere mejorar su estética dental no dude en consultarnos sus dudas, le explicaremos exhaustivamente sobre como poder tener una sonrisa sana y bonita, para que ésta sea su mejor tarjeta de presentación.
Para conseguir que las carillas dentales duren todo el tiempo posible cumpliendo su función, es necesario cuidarlas con ciertos hábitos cómo:
Mantener una higiene bucal adecuada es imprescindible para cuidar tus carillas y, en general, tu dentadura. Lavarse los dientes al menos tres veces al día, preferentemente después de cada comida, evitando así la placa bacteriana, gingivitis y halitosis. Además se debe utilizar hilo dental para poder eliminar por completo cualquier resto de alimentos que pueden causar la decoloración de la carilla y su desprendimiento.
Es recomendable realizar como mínimo una visita al año al dentista, y en ella realizarse una limpieza bucal profesional.
Ingerir algunos alimentos o bebidas pueden decolorar o dañar tus carillas, como el café, el vino o el té, además de alimentos con salsas como la barbacoa, mostaza o el kétchup.
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