lunes, 5 de agosto de 2019

La salud bucal en las personas mayores


Problemas como la pérdida de dientes u otras alteraciones de la cavidad oral son considerados, en muchas ocasiones, como “cosas propias de la edad”. Ciertamente, algunos cambios orales son naturales de la edad, como, por ejemplo, el desgaste u oscurecimiento de dientes, pero existen otros muchos que no deben ser atribuidos a la edad, sino que son consecuencia de enfermedades orales, como la enfermedad periodontal o las caries, o bien son propiciados por no haber mantenido un adecuado control de la salud oral.
Los pacientes que padecen una hernia de hiato pueden presentar deterioro en el esmalte dental, causado por el efecto del ácido clorhídrico del jugo gástrico en casos de reflujo gástrico.
El uso de algunos fármacos puede tener, también, efectos adversos, como, por ejemplo, la sequedad de boca provocada por los antidepresivos o el efecto nocivo que pueden ocasionar los anticoagulantes orales.
Existen estudios que relacionan las enfermedades periodontales con algunos problemas de corazón, diabetes, la arterioesclerosis y el Alzheimer. Otras investigaciones relacionan el aumento de gastritis con los pacientes desdentados.
Está demostrado que la salud bucal condiciona aspectos fundamentales de la calidad de vida. Un estado nutricional óptimo es indispensable para la calidad de vida de una persona mayor y ello no es posible si el primer proceso de la digestión (masticación/salivación) no es adecuado.
La patología oral más común en los ancianos es la pérdida de piezas dentales, y no se debe esperar hasta ser muy mayores para rehabilitar la boca porque a medida que pasa el tiempo perdemos capacidad de adaptación a los cambios.
Las infecciones por hongos, la boca seca, la piorrea, así como los daños ocasionados por dentaduras postizas mal adaptadas o antiguas, también son patologías frecuentes.
Cabe pensar que las personas mayores no visitan suficientemente al dentista porque vivieron en una época en la que la salud oral no era considerada importante, las intervenciones orales eran más invasivas (en muchas ocasiones, se limitaban a extracciones dentales) y los tratamientos ocasionaban molestias o dolor, y todo ello hacía que la visita al odontólogo causase temor.

Pero se puede afirmar que la odontología ha cambiado y que, hoy en día, la mayoría de tratamientos tienen éxito, independientemente de la edad del paciente.

El dentista moderno es un profesional que ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas y que revaloriza su imagen tanto a nivel personal como relacional. No hay que olvidar que la función de nuestros dientes no es solo instrumental (función masticatoria y fonación), sino que también es ornamental (o estética).

Los ancianos presentan más problemas de salud oral que el resto de la población. Una buena salud oral contribuye a un mayor bienestar físico y mental. La prevención es muy importante para mantener una correcta salud oral, y eso es aplicable a todas las edades. La higiene oral diaria extrema (incluyendo cepillado dental, seda, cepillos interproximales) y el uso de algunos colutorios ayudan tanto a la reducción de enfermedades orales como a disminuir la halitosis (mal aliento), que tanto preocupa a algunos pacientes.

De todo ello se desprende que los cuidados dentales mejoran la calidad de vida.
En las personas mayores, se recomiendan revisiones odontológicas semestrales para la detección de problemas en fase incipiente.

Finalmente, cabe recalcar que, por supuesto, se puede llegar a una edad avanzada y gozar de una salud oral óptima, pero para ello es muy importante mantener una buena higiene oral en nuestra casa y los controles periódicos con el dentista. Si es su caso, no dude en consultarnos, le explicaremos con detalles como llegar a una edad avanzada manteniendo una boca que le permita tener una buena calidad de vida.
El envejecimiento de la población es un fenómeno que se está produciendo en todos los países desarrollados. España es el país de Europa con una mayor esperanza de vida y el segundo país a nivel mundial tras Japón. La previsión de este envejecimiento es que se mantenga una proyección constante y que afecte ponderalmente tanto al grupo de los mayores de 65 como al grupo de los mayores de 80, lo que se viene conociendo como el envejecimiento del envejecimiento o sobreenvejecimiento de la población. Las patologías crónicas como la hipertensión arterial, diabetes, dislipemias y obesidad presentan una tendencia ascendente. Se calcula que las enfermedades crónicas consumen el 80% de todas las consultas de Atención Primaria. Otro dato a tener en consideración es la ingesta de fármacos. El 88,9% de los mayores de 65 años consume algún medicamento, llegando al 93,4% cuando se consideran a los mayores de 75 años. El 94% de las personas que padecen enfermedades crónicas están polimedicadas.